Moribundo caminante en el desprecio, la vida os derrocha que tengo que dejarme llevar por el susurro de la brisa, mientras esta besa el filo de los témpanos fríos que gota a gota se desprenden de lo que una vez les hizo daño…
Es murmuro desafiante el que se escucha en el espacio agotando su existencia por la ausencia que solo desprecia el cálido arrullo de una esperanza fugas… ahogado en sinfonías, lanzo mi dolor al vacío donde es el rio en primaveras, de cada momento perdido el que abastece mi penar…
Ensangrentada es la vida que solo se burla de nuestro deseo desamparado que no existe sin un beso sin un abrazo, cuando te cobijas en mi regazo el corazón que dejó de latir, comienza a agrietarse pues descongela el tempano que lo contemplaba mientras tu llegabas…
Son sueños nada más que vacilan en mi mente, que se pierden en el miedo de no ser encontrados de no ser reconocidos, son sueños que llevan al cielo y luego bajan al infierno de nuestras pieles sobre los azares de una abundante noche de luna llena…
Profundamente vinculado con el silencio de los ataúdes rompo la cadena que me lleva a liberar este deseo que por años contemplo, dándome cuenta que solo espero verte sin más que desear una sonrisa, es el sueño que agoniza en el alma perdida de una maldita y desafortunada vida, que solo expiro…
Inmensa agonía sufro por no tenerte por no veros por no sentir tú calor ahora que estas fría y desconsolada no puedo más que sufrir y luchar por cumplir uno a uno vuestros sueños…
Desgarrada mi garganta por no encontrarte, más mi cuerpo mutilado por alcanzarte y entender vuestro sufrimiento, lentamente caigo en el silencio y solo deseo tu sonrisa, mas mi agonía desaparece con ente inmenso sueño que se llama muerte, la cual desprende todo aquello que me hizo daño, todo aquello que se dedo como un sueño, será que ahora solo queda servir a la agonía y entregar mis últimos lamentos…
Sueños y agonía que diferencia si ambos me dieran de vuelta tu sonrisa, no importa que pase más solo deseo, sentir tu calor…
Carlos Carpio…
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